NOSOTROS TAMBIÉN PODEMOS SER ADULTOS
Todas las familias tienen ingresos, fijos o no, en su vida. Cuando tenìa quince años comprendì que las cosas no caen por bondad del cielo, tal vez las oportunidades sí, pero el resto lo consigues sólo tú.
Desde pequeña, en casa no me faltaba nada, pero yo veía como con sacrificio mi padre se esforzaba por nuestro bienestar y seguridad económica para satisfacer nuestras necesidades básicas. Creo que todas las canitas y arrugas que forman parte de su yo actual, son consecuencia de la preocupación natural de todo jefe de familia por cumplir con la canasta familiar. Claro, el peso de tal responsabilidad en una sola persona no es fácil pero yo siempre supe que mi meta sería apoyarlo cuando tuviese la primera oportunidad de hacerlo, y así lo hice.
Tal vez tú, estudiante de colegio, instituto, universidad, academia, etc... no seas consciente de cuánto puedas apoyar y aportar a tu hogar para que tu padre y/ o madre no asuma sol@ tal carga. También creo que eso forma parte de la madurez que adquieras con el tiempo, pero para que veas que aún no es tarde el intento, te contaré mi experiencia. Alguna vez yo también viví en una burbuja pero cuando la realidad y las circunstancias te hacen pisar tierra con riesgo a estrellarte, no te queda de otro que asumir el nuevo reto.
Nunca fui buena en matemáticas, pero es simple sumar, restar y hacer las cuentas para saber lo siguiente: del 100% del ingreso mensual por familia, el 35% se destina para la paga de servicios, el otro 30% para la alimentaciòn y educación, 15% para los artìculos de limpieza y aseo; y, lo restante, para la movilidad, seguro de vida, vestimenta, diversiòn, etc.

Ante esto, jamás nos detenemos a pensar cuánto hacen nuestros padres por darnos un hogar estable y sin pasar necesidades como la gran mayoría de niños y jóvenes que no corren con nuestra misma suerte. Pero espero poder sensibilizar por medio de estas lineas o por lo menos abrirte los ojos al mundo real en el que vives.
Cuando vamos a un mercado o al mall a acompañar a nuestra mamá o papá a hacer las compras no nos fijamos en el ticket de pago. Sólo se ve una larga lista de compra. Saquemos cuentas. Entre el kilo de arroz , el azúcar,la sal, fruta, verduras, carne, menestras, cereales, etc... dan lugar a la suma de 100 o 200 nuevos soles por las cuatro personas que conformamos mi familia. Este gasto se da cada 15 días, al mes cerca de 400 nuevos soles sólo se gastan en alimentos. En servicios tenemos agua, luz, teléfono, internet y/o cable, por éstas comodidades mensualmente pagamos cerca de 300 nuevos soles, además del alquiler de la vivienda cuya suma aproximada es de 310 dólares. Dos hijas en universidad, el seguro de vida de 4 perosnas, vestimenta, recreación los fines de semana, movilidad, etc. Los números aumentan y los ingresos se mantienen.
Mi situación no es la única en el mundo. Muchas familias tienen gastos parecidos al de mi hogar y de seguro afrontan las mismas preocupaciones que mi familia: ¿Cómo saldar todo esto cuando el ingreso familiar sólo la tiene una persona y además muchas veces por gastos extras como enfermedades u otros no se llega a tener lo requerido para cancelar nuestro consumo?
Esta interrogante rondó por mi cabeza mucho tiempo y estaba decidida a hallar la manera de cooperar en mi familia según mis posibilidades. Aclaro que no quiero se me tome por hija mesiánica. No. Yo sólo creo qu etodo hijo debe valorar el esfuerzo de sus padres y aportar con ello a la familia. En mi caso yo no podía trabajar a los 15 años como de seguro lo hacen otros jóvenes con menos recursos que yo. Pero sí asumí que, estudiando duro y parejo, podía ayudar en demasía. Así lo hice. Cuando postulé a la universidad me propuse esta meta: mi padre no pagaría ni un sol, tenía que obtener la ansiada beca pro rendimiento académico. No fue fácil. En realidad tengo amigos y compañeros muy competitivos, responsables y bastante dedicados. Así que tuve que esforzarme mucho para llegar a mi objetivo. Y lo conseguí. Aquella fue y es la alegría más grande de mi padre. Con ello le dí una dósis del elixir de vida que tanto se desea conseguir.
Después todo cayó por su propio peso, el trbajo llegó a mi vida y con él un dinerito a fin de mes que muy bien sentaba en mi casa.
Por eso les digo, no hace falta ganar 1000 nuevos soles al mes, para aportar a la canasta familiar. Estudia mucho, trázate metas y retos y con ello ayudarás más de lo que imaginas y será un plus espectacular para que tus padres tengan un montivo más por el cual sonreir, sentirse orgullosos de ti y seguir luchando por dartelo todo en la vida. Al final vale la pena y la recompensa será grande. Inténtalo. Es momento de crecer.
Mensaje de nuetro Presidente frente a la Cnasta Familiar
POR: Giuliana Bustamante.